Una imagen, un lugar, una mirada triste y una sola pregunta ¿estás ahí? La nueva publicidad de la ONG Huellas que nos invita a ver el abandono y la soledad, dos de las problemáticas que muchas veces invisibilizamos.
Con una pregunta tan simple pero concisa buscamos interpelar a la sociedad y visibilizar la soledad que acompaña a niños y abuelos a diario, porque sabemos que detrás de esa pregunta que aparece en las pantallas hay algo mucho más grande como es el deseo de ser vistos, acompañados y escuchados.
Si estás acá es porque probablemente ya viste una de las vallas que están en las calles de la ciudad, y porque probablemente se te quedó grabada. Y si, te estamos hablando a ti, a alguien que capaz tiene ganas de estar presente, a alguien que todavía cree que puede cambiar el día de una persona donando tiempo, o, por el contrario, a alguien que quiere transformar su propio mundo.
Pero ¿por qué esta campaña?
Porque creemos que hay realidades que no siempre vemos y que hay que conocer. La soledad es una de las formas de abandono más invisibles, y afecta especialmente a quienes asisten a comedores o están institucionalizados. En cientos de hogares y asilos de todo el país viven miles de niños y abuelos que, más allá de la atención básica, enfrentan la ausencia de vínculos afectivos que dejan huellas profundas. No se trata sólo de cosas materiales o comida: se trata de tiempo, de afecto, de compañía real.
Cuando hablamos de acompañamiento, hablamos de presencia emocional, de estar para el otro más allá de lo que esa persona pueda brindar. Para un niño o niña, tener un adulto que lo escuche, juegue o simplemente esté presente puede marcar la diferencia en su infancia para siempre. Y para un abuelo, que alguien lo mire a los ojos, le pregunte cómo está, le tome la mano y le brinde compañía, puede devolverle el deseo de seguir existiendo.
Se trata de tender puentes entre quienes necesitan ser vistos y quienes pueden ofrecer tiempo; se trata de crear redes de apoyo que permitan que nadie se sienta solo y olvidado, y una de las formas de construir esas redes es a través del voluntariado, porque el apoyo y la compañía no siempre viene de la familia, a veces viene de un voluntario.
La frase ¿estás ahí? No es una denuncia directa sino una forma de interpelar desde la sencillez. Es una pregunta que nos invita a mirar hacia adentro, a preguntarnos si realmente estamos presentes y si vemos al otro. Porque en medio de la rutina, las tareas, el exceso de información y demás, olvidamos que lo más valioso sigue siendo la presencia real.
No hablamos de tener todo el día libre ni de hacer grandes cosas, sino del impacto tan grande que puede llegar a tener donar tan solo dos horas a la semana de tu tiempo. Una visita, una charla, un gesto, es suficiente para que alguien se sienta acompañado para cambiar el día de alguien y que ese alguien sepa que no está solo. Quizá puedas sumarle algo bueno o cambiarle el día a un niño o a un abuelo, pero lo más probable es que te lo cambien a ti.
¿Y ahora qué?
Ahora te toca a ti. No buscamos que te sientas culpable, sino que te sientas parte. Que sepas que hay algo concreto que puedes hacer.
Desde Huellas brindamos programas de voluntariado para que puedas acompañar a niños y adultos mayores en hogares y asilos. No necesitas experiencia, solo ganas de estar, de jugar, de escuchar, de abrazar.