En diferentes hospitales de Argentina, Uruguay y El Salvador, un proyecto de voluntariado está llenando de color y palabras de aliento pasillos de hospitales. Este proyecto involucró la creación de sopas de letras que se elaboran en hogares de niños, centros de comunidades marginales y asilos, para luego ser colocadas en cada hospital, aportando un mensaje de esperanza a quienes más lo necesitan.
Todo comenzó con la visita de voluntarios a hogares de niños, comedores comunitarios y asilos en diferentes puntos de Latinamérica. Llegaron cargados de materiales llenos de color y creatividad: afiches, cartulinas, papeles de colores, témperas, pinceles y una infinidad de ideas para compartir. Con una sonrisa sincera y el corazón lleno de empatía, estos voluntarios se unieron a los niños y abuelos que los recibieron con entusiasmo y curiosidad. Juntos, comenzaron a elaborar sopas de letras, pero no eran cualquier sopa de letras; estas contenían palabras cuidadosamente escogidas, llenas de mensajes positivos y de aliento.
El propósito de este voluntariado es claro: llevar mensajes llenos de aliento y energía positiva a los pacientes internados en el hospital. Las palabras elegidas por los niños y abuelos, como "fuerza", "esperanza", "sonrisa", entre otras, fueron plasmadas en las sopas de letras para que los pacientes puedan entretenerse mientras reciben mensajes de aliento a través de esta actividad. Para los voluntarios, esta actividad fue una forma de conectar con los niños y abuelos mientras realizaban una labor significativa desde sus asilos, hogares y barrios carenciados. La posibilidad de que sus creaciones decoren el hospital les dió un gran sentido de logro y participación en la mejora de la experiencia de quien sufre una internación.
El proyecto de voluntariado ha dejado una huella profunda y palpable en cada hospital de Argentina, Uruguay y El Salvador, tocando vidas de maneras inimaginables. Las sopas de letras, que a primera vista pueden parecer solo un juego, han demostrado ser mucho más que eso. Se han convertido en faros de luz y esperanza para pacientes, personal médico y visitantes, brindando un respiro visual en medio de la rutina hospitalaria. Cada palabra cuidadosamente seleccionada y plasmada en estos afiches lleva consigo un mensaje de fortaleza, ánimo y comunidad.
Sin embargo, el impacto va más allá de lo que se ve. Estos afiches, decorados por las manos unidas de voluntarios, niños y abuelos, no solo colorean las paredes, sino que también crean un ambiente de cercanía y empatía dentro del hospital. Cada vez que un paciente, en su cama o al pasar por los pasillos, observa las palabras de aliento o los dibujos llenos de ternura, se siente un poco más acompañado en su proceso. El dolor y el cansancio parecen aliviarse momentáneamente al sentir que hay personas, incluso desconocidas, que se han tomado el tiempo de pensar en su bienestar.